Cuando se quiere practicar un deporte de forma segura, lo más aconsejable es estar en posesión de la licencia federativa correspondiente para cubrir los riesgos que dicho deporte puede acarrear. En el caso de la hípica, se trata de dos deportistas: jinete y caballo. Si la licencia para el primero es importante, más aún lo es la del caballo, ya que si provoca un accidente a terceros puede acarrear graves problemas.
Las federaciones hípicas emiten las licencias anualmente, y su validez abarca desde el momento de la expedición hasta el 31 de diciembre de dicho año. Es decir, si la licencia de expide en noviembre, por ejemplo, habrá que volver a solicitarla en el mes de enero.